El profeta Amós preguntó una vez, “¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo”? (Amós 3:3) La respuesta obvia es no. No pueden, sencillamente porque los dos van en distintas direcciones. Van por caminos distintos. Mientras ambos mantengan puntos de vista contrarios, nunca podrán caminar juntos en la misma dirección.
Entonces, ¿cómo es que algunos adventistas del séptimo día están ‘caminando’ con los que van por un camino distinto a nosotros? ¿Cómo es posible?

En noviembre, 2016, escribimos sobre el ecumenismo descarado demostrado cuando el Dr. Ganoune Diop, director de relaciones públicas y libertad religiosa para la iglesia mundial Adventista del Séptimo Día, asistió a la conferencia anual de los Secretarios de las Comuniones Cristianas Mundiales en Roma. Allí tuvieron una audiencia con el papa Francisco.
Vimos la foto que mostraba a Diop estrechando la mano del Papa Francisco. En ese entonces preguntamos, “¿Cómo pueden los Adventistas del Séptimo Días predicar los mensajes de los tres ángeles y llamar a la gente a salir de Babilonia, cuando al mismo tiempo se están uniendo a Babilonia”?1
¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?Poco después de eso, el 21 de enero de 2017, el sitio italiano de noticias Frontiera, publicó un artículo titulado, “Católicos y Adventistas Oran Juntos a Favor de la Unidad Cristiana”.2
Esto se llevó a cabo en la Iglesia Adventista del Séptimo Día de Rieti, Italia.Jesús oró que sus seguidores se uniesen como uno. “para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste”. (Juan 17:21). En los Salmos, David también escribió, “¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía!” (Salmo 133:1).
La unidad es algo precioso entre los seguidores de Cristo. Demuestra al mundo que Jesús es el Salvador. Pero la verdadera unidad sólo puede existir en la verdad. En el contexto de la oración por la unidad de sus seguidores, dijo Jesús, “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad”. (Juan 17:17).
El catolicismo no posee la verdad. Está determinado en destruir la verdad y llevar cuántos pueda a la destrucción. Sin embargo, vemos vez tras vez a adventistas del séptimo día que se alegran de poder ‘unirse’ en compañerismo cristiano con Babilonia.
¿Para qué clase de unidad podrían orar los católicos y los adventistas del séptimo día? ¿Acaso sería la unidad por la cual oró Jesús? ¿Sería una unidad en la verdad? No, eso sería imposible. Y ¿por qué? Porque Roma nunca cambia.
No podemos ver cómo la Iglesia Romana puede exonerarse de la acusación de idolatría. Es cierto que ella profesa adorar a Dios por medio de estas imágenes; eso mismo profesaban los israelitas mientras se inclinaban ante el becerro de oro. Pero la ira de Dios se encendió contra ellos, y muchos murieron. Dios los pronunció idólatras impíos, y el mismo registro se hace hoy en los libros del cielo contra los que adoran las imágenes de los santos y los supuestos hombres santos. Y esta es la religión que los protestantes están comenzando a considerar tan favorablemente, y que eventualmente se unirá con el protestantismo. Sin embargo, esta unión no ocurrirá por un cambio en el catolicismo, porque Roma nunca cambia. Pretende ser infalible. Quien cambiará será el protestantismo. Eventos de los últimos días, p. 133
Estamos viendo cumplirse esta profecía ante nuestros ojos. Pero, qué triste es que algunos de los nuestros están siguiendo al resto de los protestantes en su regreso a Roma. ¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?
No fue por casualidad que los católicos y los adventistas del séptimo día se unieron en esta ocasión a orar por la unidad cristiana. La fecha de ese evento coincidió con la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, un evento anual que se celebra en el hemisferio norte entre enero 18 y 25. Es una observancia cristiana ecuménica internacional iniciada en 1908, en parte por el franciscano Paul Watson, para cubrir el período entre las fiestas católicas de san Pedro y san Pablo, y recibió la “bendición” del Papa Pío X.
El tema de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos fue, “Reconciliación: El amor de Dios nos apremia”. Según el sitio web del Vaticano, los recursos usados para la semana de oración fueron preparados y publicados juntamente por el Consejo Pontificio para la promoción de la unidad de los cristianos y la Comisión Fe y Constitución del Consejo Mundial de Iglesias. El sitio del Vaticano dice:
Cuando el comité nacional alemán de planificación se reunió en otoño de 2014, enseguida se vio con claridad que los materiales para esta Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos tendrían que poner dos énfasis: por un lado, debería haber una celebración de la gracia y el amor de Dios, la «justificación de la humanidad a través de la sola gracia», reflejando la preocupación principal de las Iglesias marcadas por la Reforma de Martín Lutero. Por otro lado, los materiales también deberían reconocer el dolor por las profundas divisiones subsiguientes que afligieron a la Iglesia, hablar claramente de culpa y ofrecer una oportunidad para dar pasos hacia la reconciliación. Finalmente, fue la Exhortación Apostólica del papa Francisco de 2013 Evangelii Gaudium («La alegría del Evangelio») la que aportó el tema de este año, al utilizar la cita: «El amor de Cristo nos apremia» (número 9). Con este texto de la Escritura (2 Co 5, 14), tomado en el contexto de todo el quinto capítulo de la segunda Carta a los Corintios, el comité alemán formuló el tema para la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos 2017.3
El propósito de la semana de oración para 2017 era doble. Fue diseñada para hacer que los protestantes pensaran que el catolicismo ahora acepta la “preocupación principal” de Lutero, la justificación por la sola gracia, y en segundo lugar para hacer que los protestantes se sintiesen culpables por la profunda división y el dolor que la Reforma causó a la Iglesia Católica, y “diesen pasos hacia la reconciliación”. Los pasos a tomar se bosquejan en los recursos, y los veremos en un momento.
Pero, primero debemos hacer una pregunta. ¿Sería una coincidencia que el Vaticano y el Consejo Mundial de Iglesias hiciesen planes para que los cristianos se concentrasen en la reconciliación durante el año que marcaba el 500 aniversario de la Reforma protestante? Primero que todo, para que Roma vuelva a dominar el mundo, necesita que la gente olvide el motivo por el cual comenzó la reforma.
Según los Materiales para la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, 2017, Martín Lutero solamente “levantó preocupaciones acerca de lo queél consideraba abusos en la Iglesia de su tiempo”.4
También observa, “Separando lo que es polémico de los conocimientos teológicos de la Reforma, los católicos ahora son capaces de prestar sus oídos a los desafíos de Lutero para la Iglesia de hoy, reconociéndole como un «testigo del evangelio» (Del conflicto a la comunión, 29). Y así, después de siglos de mutuas condenas y vilipendios, los católicos y los luteranos en 2017 conmemorarán por primera vez juntos el comienzo de la Reforma”.5Al mermar la Reforma a simples “preocupaciones acerca de lo que él consideraba abusos en la Iglesia de su tiempo”, el papado ha destruido cualquier razón válida para la reforma. De esa manera plantea la necesidad de que los protestantes hablen “claramente de culpa” por la división y pidan perdón.
Como adventistas del séptimo día, nosotros debemos entender los verdaderos problemas en torno a la Reforma protestante. En 1517, Martín Lutero clavó sus 95 tesis en la puerta de la iglesia en Wittenberg para protestar la venta de las indulgencias. Veamos lo siguiente de El Conflicto de los Siglos:
La iglesia romana hacía comercio con la gracia de Dios. Las mesas de los cambistas (Mateo 21:12) habían sido colocadas junto a los altares y llenaba el aire la gritería de los que compraban y vendían. Con el pretexto de reunir fondos para la erección de la iglesia de San Pedro en Roma, se ofrecían en venta pública, con autorización del papa, indulgencias por el pecado. Con el precio de los crímenes se iba a construir un templo para el culto divino, y la piedra angular se echaba sobre cimientos de iniquidad. Empero los mismos medios que adoptara Roma para engrandecerse fueron los que hicieron caer el golpe mortal que destruyó su poder y su soberbia. Aquellos medios fueron lo que exasperó al más abnegado y afortunado de los enemigos del papado, y le hizo iniciar la lucha que estremeció el trono de los papas e hizo tambalear la triple corona en la cabeza del pontífice. El Conflicto de los siglos, p. 136
En respuesta a esto, dice la Iglesia Católica en su sitio web, Catholic Answers: “La Iglesia Católica ni ahora ni nunca ha aprobado la venta de las indulgencias. Esto se debe distinguir del hecho innegable que católicos individuales (quizás el mejor conocido sea el dominicano alemán Johan Tetzel [1465-1519]) vendieron indulgencias, pero al hacerlo actuaron en contra de los reglamentos explícitos de la Iglesia. Esta práctica es totalmente contraria a la enseñanza de la Iglesia Católica sobre las indulgencias, y no puede considerarse como una enseñanza o práctica de la Iglesia”.6
Esto es, por supuesto, una mentira. Son testigos de esto los libros de historia. El hecho de que el papa enviase a su legado para obligar a Lutero a renunciar, o llevarlo a Roma para ser disciplinado, demuestra que la venta de las indulgencias para la remisión de los pecados fue aprobada por el papa. Notemos lo siguiente:
“Inmediatamente después de llegar a Augsburgo, Lutero le avisó al legado del papa que ya estaba en la ciudad. El legado recibió las noticias con gozo. Se sintió seguro de que ese hereje problemático que estaba excitando el mundo entero ahora estaba en su poder, y resolvió que no debía salir de Augsburgo de la manera como llegó… El legado elogió la humildad de Lutero, e inmediatamente le informó lo que se esperaba de él. “Primeramente, debes volver a tu deber. Debes reconocer tus faltas y retractar tus errores, tus propuestas y sermones. En segundo lugar, debes prometer abstenerte de difundir tus opiniones. Y, en tercer lugar, debes buscar ser más discreto y evitar cualquier cosa que pueda afligir o molestar la iglesia”. Signs of the Times, julio 12, 1883
Notemos que el argumento usado contra Lutero ahora es el mismo que se usó en ese entonces. Estaba propagando sus propias opiniones. Siguiendo adelante, escribe Elena de White:
“Entonces Lutero pidió que se le informase en qué había errado. Con un aire condescendiente, el cardenal le contestó: ‘Tú expones dos proposiciones que debes retractar ante todos. Primeramente, el tesoro de las indulgencias no consiste en los méritos y sufrimientos de nuestro Señor Jesucristo. En segundo lugar, el que recibe el santo sacramento debe tener fe en la gracia que se le ofrece’. Si fuesen recibidas ampliamente, esas proposiciones serían fatales para el comercio de Roma, derribarían las mesas de los cambistas y echarían fuera del templo a los que negociaban con la gracia de la salvación”. Signs of the Times, julio 12, 1883
La Reforma comenzó porque la Iglesia Católica había ocultado la verdad de la salvación de Dios y confiado en el papa y la tradición más que en la Palabra de Dios. Roma enseña que la salvación es por la gracia de Dios, y los protestantes y algunos adventistas del séptimo día creen que Roma ha cambiado. Eso no es cierto. Ella siempre ha enseñado que la salvación es por la gracia de Dios. “Cuando entraba Tetzel en una ciudad, iba delante de él un mensajero gritando: “La gracia de Dios y la del padre santo están a las puertas de la ciudad.” El Conflicto de los siglos, p. 137. La gracia a la cual se refiere era la de las indulgencias que ellos podían comprar.
La diferencia entre los protestantes y los católicos yace en la manera como se recibe la gracia. Lutero y los reformadores enseñaban que la gracia se recibe solamente por medio de la fe. Nada que hagamos influencia a Dios a otorgarnos su gracia. La Iglesia Católica enseña que la fe sola no es suficiente para obtenerla. Se la puede recibir a través de la fe junto con las obras.
La Iglesia Católica ha refutado los argumentos que hiciera Lutero hace 500 años, y el protestantismo acepta sus respuestas sin hacer preguntas.
Conforme a la semana de oración del 2017, el Vaticano y el Consejo Mundial de Iglesias diseñaron el orden del culto para las iglesias participantes para lograr que ellas reconociesen el “pecado” de separarse de la Iglesia Católica. En la sección II titulada “Divididos por nuestros pecados (arrepentimiento), dice así:
¡Confesemos nuestros pecados y oremos para obtener el perdón y la sanación de las heridas que han resultado de nuestras divisiones! Mientras nombramos estos pecados veremos cómo se van transformando en un muro que nos separa. … Experimentamos la vida nueva a través del Espíritu Santo, pero seguimos construyendo muros que nos dividen, muros que impiden la comunión y la unidad. Traemos hoy estas piedras con las que construimos nuestros muros y oramos para obtener perdón y sanación”.7
Entonces, la congregación debe construir un muro con piedras. Cada piedra representa un pecado que ha sido fundamental en la formación de muros que han dividido a los católicos y los protestantes. Cuando cada piedra se coloca en su lugar, la congregación debe orar, pidiendo perdón por ese “pecado”. Esos pecados son:
- Falta de amor
- Odio y el desprecio
- Falsa acusación
- Discriminación
- Persecución
- Comunión rota
- Intolerancia
- Guerras de religión
- División
- Abuso de poder
- Aislamiento
- Orgullo
Entonces, la congregación termina su oración diciendo: “Señor, Dios nuestro, mira este muro que hemos construido, que nos separa de ti y de los demás. ¡Perdónanos nuestros pecados! ¡Sánanos! ¡Ayúdanos a superar todos los muros de división y haznos uno en ti”!8
Como habrán visto, el acto simbólico de construir ese muro de división era para convencer a los congregantes que la Reforma y la posterior división entre los católicos y los protestantes es algo de lo cual es necesario arrepentirse. Éste era el propósito principal de la semana de oración del 2017.
Entonces, ¿por qué desearía una Iglesia Adventista del Séptimo Día participar en esfuerzos cuyo fin es sanar la herida mortal del papado? Durante esta reunión celebrada en una Iglesia Adventista del Séptimo Día, el obispo católico romano de la localidad, Doménico Pompili, director de la diócesis católica en Rieti, fue invitado a dirigir la palabra a la congregación. ¿Por qué permitirían una Iglesia Adventista del Séptimo Día y su pastor, que un sacerdote católico les enseñase en cuanto a la unidad cristiana?

El informe de noticias nos dice que los congregantes “deseaban hallarse como niños más allá de las diferencias doctrinales y las divisiones que permanecen…”.9 Y concluyó su reportaje notando, “Al final, todos nos tomamos de la mano, formamos un círculo y elevamos una oración de despedida al Padre, del cual todos nos sentimos como niños y hermanos”.
El mensaje era claro. Ya no es importante la doctrina. Aunque pueda haber diferencias doctrinales entre nosotros, no permitamos que eso nos divida. Todos somos hijos de Dios, y todos vamos por el mismo camino. ¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo? Por lo visto en este caso, los adventistas del séptimo día y los católicos están de acuerdo.
Tristemente, el camino que conduce a la unidad con Roma conduce a la perdición. Advierte el mensaje del segundo ángel, “Otro ángel le siguió, diciendo: Ha caído, ha caído Babilonia, la gran ciudad, porque ha hecho beber a todas las naciones del vino del furor de su fornicación” (Apocalipsis 14:8). Y el cuarto ángel que ilumina el mundo entero declara: “Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas (Apocalipsis 18:4).
A la Iglesia Adventista del Séptimo Día se le ha encomendado declarar los pecados de Babilonia y llamar a la gente a salir de ella. Pero no estamos obedeciendo nuestro llamado, sino que algunos están en pie junto a Babilonia, y a través de este testimonio declara que no hay necesidad de huir de Babilonia.
Ésta no fue la primera vez que la Iglesia Adventista del Séptimo Día de Rieti participase en la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. También participó en la semana de oración en 2016. Frontiera la describió, “Unidad Cristiana: Tres días de oración en común para católicos, ortodoxos y adventistas”.10
Si esto fuese un incidente aislado, se nos podría perdonar si lo pasásemos por alto. Pero, ésta es una tendencia creciente dentro de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Documentamos mucho de esto en el episodio 7 de la serie Apostasía en Nuestro Medio.
En otro evento reciente, el 31 de octubre de 2017, exactamente 500 años después del comienzo de la Reforma, el pastor Ted Wilson, el presidente de la Asociación General, con su esposa y Mikhail Kaminsky, el presidente de la División Euroasiática de la Iglesia Adventista, y un coro adventista, asistieron a un evento ecuménico en Rusia para celebrar el 500 aniversario de la Reforma.
Asistieron al evento protestantes, rusos ortodoxos, musulmanes, católicos romanos y personajes políticos. Según el sitio adventista ruso, dijo Mikhail Kaminsky, “Fue interesante ver a individuos de distintas clases sociales hallar algo en común. Todos hablaron de la importancia de la Palabra de Dios”.11 No entendemos cómo la fe musulmana comparte un interés común en la Biblia. Y, ¿qué de la Biblia católica y los libros apócrifos añadidos? Declaraciones imprecisas como ésta no ayudan a nadie, especialmente en un evento que celebraba la Reforma.
Según Adventist News, el pastor Wilson dirigió la palabra a 200 de los dirigentes en un discurso breve, y dijo, “Tenemos un gran privilegio hoy, 500 años después del comienzo d la Reforma, cuando parece haber tanta inestabilidad y desafíos en el mundo, continuar la Reforma en nuestros propios corazones”.12 Entonces señaló, “La Iglesia Adventista del Séptimo Día agradece los fundamentos de la Reforma, y mencionó varios principios de especial importancia: la Biblia sola, la salvación sólo por la fe en Jesús, Cristo como el único Mediador, la vida eterna sólo por la gracia de Jesús, y a Dios solamente sea la gloria”.
Es admirable que Wilson hubiese señalado a los presentes las cinco solas (sólo las Escrituras, sólo la fe, sólo Cristo, sólo gracia, y sólo sea gloria a Dios), pero ése no es el enfoque principal del mensaje que se nos ha mandado a dar. Nuestro cometido es predicar el mensaje de los tres ángeles cada vez que tengamos la oportunidad.
Dios ha llamado a su iglesia en este tiempo, como llamó al antiguo Israel, para que se destaque como luz en la tierra. Por la poderosa cuña de la verdad -los mensajes de los ángeles primero, segundo y tercero-, la ha separado de las iglesias y del mundo para colocarla en sagrada proximidad a sí mismo. La ha hecho depositaria de su ley, y le ha confiado las grandes verdades de la profecía para este tiempo. Como los santos oráculos confinados al antiguo Israel, son un sagrado cometido que ha de ser comunicado al mundo. Los tres ángeles de Apocalipsis 14 representan a aquéllos que aceptan la luz de los mensajes de Dios, y salen como agentes suyos para pregonar las amonestaciones por toda la anchura y longitud de la tierra. … Pero muy pocos de los que han recibido la luz están haciendo la obra confiada a sus manos. Hay algunos hombres de fidelidad inquebrantable que no buscan la comodidad, la conveniencia ni la vida misma, que van penetrando doquiera vean la oportunidad de presentar la luz de la verdad y vindicar la santa ley de Dios. Pero los pecados que dominan al mundo han penetrado en las iglesias, y en el corazón de los que aseveran ser el pueblo peculiar de Dios. Muchos de los que han recibido la luz ejercen una influencia que tiende a calmar los temores de los mundanos y religiosos formales. Testimonios para la iglesia, tomo 5, p. 431
¿Halló el pastor Wilson, como un hombre de fidelidad inquebrantable, una oportunidad para presentar la luz de los mensajes de los tres ángeles durante su estadía en Moscú? Según su página Facebook, sí.
“Fue en este programa, en el cual el pastor Wilson habló, y pudo compartir nuestra obligación de proclamar los mensajes de los tres ángeles de Apocalipsis 14, [y] defender los cinco pilares de la Reforma protestante, indicando que nosotros debemos continuar la Reforma protestante”.13
Y ¿qué fue lo que compartió el pastor Wilson en cuanto a los mensajes de los tres ángeles? Informa Adventist News, “Manteniendo su enfoque en la misión de la iglesia, durante un foro en Moscú Wilson también dio énfasis al cristianismo práctico y los mensajes de los tres ángeles… Dijo Wilson que esas verdades de la Reforma [las cinco solas] se proclaman al compartir los mensajes de los tres ángeles de Apocalipsis 14, sobre la pronta venida de Cristo. El corazón mismo de los mensajes de los tres ángeles es la justicia, la justificación de Cristo”.14
¿Es esto lo que ahora significa proclamar los mensajes de los tres ángeles? ¿Cumplimos con nuestra misión con una referencia rápida a la justificación de Cristo, a los principios de sólo las Escrituras, sólo la fe, sólo Cristo, sólo la gracia y sólo gloria a Dios? ¡No, no es así! Proclamar los mensajes de los tres ángeles es llamar la atención al evangelio eterno, que es la justificación por la fe; al juicio, que comenzó en 1844; a la adoración a Dios, quien creó este mundo en seis días literales; al sábado y a la ley de Dios; a la segunda venida de Cristo; a la caída de Babilonia; y la marca de la bestia.
Para el pastor Wilson, la Reforma parece ser sólo un asunto del corazón. Pero para Lutero y los reformadores, era una protesta en contra de los errores y los males de la Iglesia Católica Romana, algo que con frecuencia resultaba en la persecución y la muerte. Suponemos que si uno fuese a conmemorar la Reforma y tuviese solamente una oportunidad para presentar un mensaje de Dios, que por lo menos utilizaría la oportunidad para recordar a los oyentes de qué se trataba la protesta.
No podemos juzgar los motivos del pastor Wilson al unirse a esa celebración de gestos vacíos hacia la Reforma, pero a la luz de la tendencia creciente dentro de la Iglesia Adventista del Séptimo Día a unirse con Babilonia y sus hijas, ¿acaso no promueve eso la idea del ecumenismo? Al fin de cuentas, si el presidente lo está haciendo, no puede ser tan malo, ¿cierto?
Comenzamos este artículo repitiendo una pregunta que hicimos cuando Diop se reunió con el papa: “¿Cómo pueden los Adventistas del Séptimo Días predicar los mensajes de los tres ángeles y llamar a la gente a salir de Babilonia, cuando al mismo tiempo se están uniendo a Babilonia”? La visita del pastor Wilson a Moscú revela claramente la respuesta. No podemos. Su predicación de los mensajes de los tres ángeles distó mucho de lo que Dios nos ha pedido que proclamemos. No podemos unirnos con los que no aceptan las verdades de la Palabra de Dios y a la vez llamarlos a salir. ¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?
Dios nos ha advertido a no unirnos con los que están en las tinieblas. Escribió Pablo, “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? (2 Corintios 6:14).
Es hora de que nosotros como el pueblo de Dios comencemos a cumplir con la obra que se nos ha dado para hacer. Si alguna vez vamos a cumplir con esta obra, no podemos tener compañerismo ni comunión con aquéllos a quienes hemos sido llamados a advertir. Roma y las iglesias protestantes andan por un camino que va hacia la destrucción. Si elegimos unirnos a ellos, nuestras vidas también serán destruidas. “¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo”?