Este sueño comenzó el lunes, pero no pude recordar ninguna parte hasta que desperté este viernes por la mañana. Entonces me di cuenta que he recibido pequeñas partes de este sueño toda la semana. En realidad, ahora puedo ver cómo mis oraciones y las instrucciones contenidas en estos sueños han sido contestadas esta semana.
En mi sueño, estoy sentado en un sofá en el mismo pasillo en el cual he estado anteriormente. Entonces escucho el sonido de los cascos de un caballo que se aproxima desde la derecha. Un ángel montado sobre un caballo blanco cabalga muy, pero muy rápidamente. Me paro y me doy cuenta que es el Heraldo. Cuando el caballo se detiene rápidamente frente a mí, el Heraldo se baja de un salto y viene a dónde yo estoy. Me llama por mi nombre celestial y me dice que él me ha sido enviado. Le digo que yo sé que Jesús no se equivoca, pero ¿no podría Él dar estos sueños a alguien importante que conozca bien la Biblia y el Espíritu de Profecía, alguien más idóneo para esta labor?
Le digo al ángel que Becky y yo estamos abrumados con tanto trabajo y le pregunto si ésta es la manera como Jesús quiere que sigamos. El Heraldo me contesta que Jesús sabe lo que es mejor y que necesitamos aprender a ser pacientes. Extiende la mano y enjuga mis lágrimas con su manga. Me dice que Jesús conoce todas nuestras preocupaciones y oraciones, sabe que estamos trabajando horas largas y que hemos dado pruebas de nuestro cometido. Me dice que Jesús conoce la condición de los corazones de los que lanzan flechas y espadas y me recuerda que se me había dicho que esto ocurriría y que las cosas van a empeorar. El Heraldo me dice que pronto Jesús me va a mostrar que Él ha resuelto el problema de la sobrecarga y que voy a trabajar sólo para Él. Me dice que ahora mismo Jesús está obrando sobre los corazones de algunos individuos. Estas personas pronto tomarán un paso de fe y nos ayudarán para que Becky y yo sólo hagamos lo que Él nos pide. Se me instruyó que tenemos una gran labor que hacer para Jesús y que Él necesita que todas nuestras energías sean dedicadas a Él.
Respecto a que yo no tenga un entendimiento amplio de la Biblia y el Espíritu de Profecía, el Heraldo dice que tengo un entendimiento más amplio de lo que pienso, y que el hecho que no haya sido ordenado por los hombres no quiere decir que no haya sido ordenado por Dios. El ángel dice que el Gran Maestro tiene muchas maneras de enseñar, además de lo que uno puede leer en lo que Él ha escrito. Refiriéndose a Hechos 2:17
[“Y en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos soñarán sueños.”]
El Heraldo me pregunta, “¿Por qué crees que Él sólo te muestra cosas cuando estás durmiendo? ¿Acaso no sabes que Él es el Gran Maestro? A su tiempo debido, tú compartirás las cosas que sabes, además de lo que deberás compartir de la Biblia y el Espíritu de Profecía. Todo será conforme a su horario de Él. Debo decirte que no te sientas abrumado. Él jamás te daría una tarea que no fueras capaz de manejar.”
El Heraldo me llama por mi nombre celestial y me dice, “Si tan solo pudieras ver y comprender el impacto que estos mensajes están teniendo sobre almas nuevas y el despertar que están obrando sobre las almas viejas. Muchos comienzan a despertar de su sueño. Tú eres uno de muchos con los cuales Jesús está trabajando a través del mundo. Hay otros que hablan un idioma distinto con los cuales el Gran Rey está trabajando. No estás solo. Estás siendo guiado por su Espíritu. Los que te acusan tendrán que rendir cuentas ante el Gran Juez.
[El miércoles de esta misma semana, alguien me dijo que un individuo había pasado el día orando mientras trabajaba. Ese individuo fue impresionado a pagarme un sueldo a partir de enero de 2008, para que pueda dedicarme plenamente al ministerio.]
Entonces le pregunté al Heraldo respecto al origen de los sueños de cierto individuo. Me dice, “Debo contarte una historia. Había una vez dos hombres. Cada uno construyó una silla de madera. El primer carpintero cortó, talló y lijó la madera hasta que quedó lisa. Entonces colocó las piezas, pegó y clavó las ensambladuras. Cuando terminó, llenó los agujeros de los clavos con arcilla para que no se vieran. El otro carpintero cortó, talló y lijó la madera hasta que quedó lisa. Entonces midió, hizo perforaciones con un taladro e hizo clavijas y calzos. Con un martillo, armó las piezas de manera que no tuvo que usar ni clavos ni pegante. Sin embargo, las ensambladuras quedaron más fuertes que las del carpintero que usó clavos y pegante. Ahora tenemos dos sillas. Ambas parecen fuertes, pero a menos que uno mire detenidamente, no verá los agujeros de los clavos que han sido tapados. Como puedes ver, uno es un Carpintero Maestro y el otro no. Cuando leíste esos mensajes, ¿pudiste notar algunos ‘agujeros de los clavos’? Si los viste, ¿no te causaron dudas? ¿Acaso no se te ha instruido que debes probar todos los sueños, comparándolos con la Biblia y el Espíritu de Profecía?”
Todavía no veo claramente lo que debo hacer para poner el libro Creeping Compromise (Concesiones Sutiles) en las manos de la gente. El Heraldo me informa que no todos han comprendido este asunto. La última vez que me visitó, él fue instruido que debía decirme que Dios se encargaría de proveer el libro a su debido tiempo y de la manera que Él vea mejor. Él me dijo que ahora se le ha instruido a decirme qué es lo que debo hacer.
[El jueves de esta semana, recibí el dinero necesario para hacer un pedido del libro Creeping Compromise (Concesiones Sutiles).]
El Heraldo sigue diciéndome que Jesús está trabajando con los Hnos. S con lo que Él desea que ellos hagan, y que ellos están haciendo su parte en su obra. Ellos proveerán los libros conforme a la manera como el Espíritu Santo les muestre. Este libro es suyo y es muy importante. Todo su pueblo debe aprender la importancia de trabajar juntos. Me dice que debo pedirle al Hno. D que inmediatamente sobreponga un aviso grande en el sitio internet www.formypeople.org para informar a todos que el libro Creeping Compromise (Concesiones Sutiles) está disponible para cualquiera que lo desee con sólo enviarme su dirección. Entonces debo enviar las direcciones al Hno. M y a la Hna. B, y ellos harán el envío de cada libro. Debo enviar al Hno. H cualquier dinero que entre, y él hará pedidos de los libros de la casa editora y tratará de adquirir fondos adicionales para hacer más pedidos. Los editores deben enviar los libros al Hno. M y a la Hna. B para que ellos hagan los envíos. El Hno. A debe invitar a otros a orar por las personas que reciban este libro. ¡El Padre atesora las oraciones!
Entonces el Heraldo me dijo que pronto iba a despertar y que iba a recordar este sueño, como también los del resto de la semana. Debo escribir los sueños y enviarlos a la Hna. P para ser editados. Cuando ella me los devuelva, debo enviarlos inmediatamente a ciertos individuos. Cada uno de ellos debe saber que juega un papel muy importante en la obra de Dios. Deben clamar al nombre del Creador y Él estará allí. Deben aferrarse el uno al otro y apoyarse mutuamente. Muchas raíces forman parte de un árbol fuerte. Jesús es el Árbol y la Verdad. Deben aferrarse al Árbol con todas sus fuerzas. Deben saber que Dios está obrando con cada uno, porque esto es para su pueblo y hay muchos otros haciendo su obra en distintas partes. Debo comprender que Lucifer también está haciendo todo lo que él puede para detener esta gran obra. La obra final está aquí, pero todavía falta mucho por hacer. El Heraldo coloca su mano derecha sobre mi hombro izquierdo y dice, “Ahora debes despertar y preparar lo que Él te ha mostrado. Debo decirte que ya comienza la obra. Debes saber que todo está en las manos del Gran Originador.”