En mi sueño, camino solo a través de un campo lleno de hierba seca hasta donde pueden ver mis ojos. Me sobrecoge la sensación de que estoy completamente solo en mi caminata. Recuerdo cómo he tratado de explicar a otros cuán solo me siento. Miro detrás de mí y no hay nadie. Al caminar medito sobre los peligros. Hay muchas piedras y huecos que pueden hacerme tropezar. Sé que hay serpientes cascabeles en la hierba seca, listas para atacar. Miro hacia abajo y veo que llevo puestas botas muy blancas, gruesas y protectoras.
Entonces miro adelante y veo a alguien blanco y reluciente que viene rápidamente hacia mí. Al acercarse, me doy cuenta que es Jesús. Me emociono y quiero correr hacia Él, pero Él me dice que me quede donde estoy. Él viene hacia mí y comenzamos a caminar juntos, Él a mi lado derecho. Me doy cuenta que cada vez que Él pone su pie descalzo sobre la tierra, la hierba se torna verde y florecen hermosas flores silvestres. Miro detrás de mí y veo que donde he estado caminando hay una huella larga de hierba verde con flores. No había visto eso cuando caminaba solo. Pienso que Él ha estado caminando conmigo y yo ni me daba cuenta. Lo miro a Él y pienso, “Gracias por estar conmigo.” Él me mira y dice, “Te he dicho muchas veces que siempre estoy contigo y jamás dejaré tu lado.”
Le digo que tengo muchas cosas que hablar con Él. Me mira, sonríe y dice, “Sigamos caminando juntos.” Me llama por mi nombre celestial. Antes de poder hacerla mi primera pregunta, Él comienza a contestarla. “Ahora estás pensando, cómo es posible que yo esté aquí caminando contigo si yo no voy a pisar la tierra hasta que la haga nueva. Estás pensando cómo es que va a descender la Nueva Jerusalén y yo voy a colocar mis pies sobre el gran monte y se convertirá en una gran planicie. Primeramente, uno tiene que comprender lo que yo escribí en Joel 2:28 y Hechos 2:17. Dije que voy a derramar mi Espíritu sobre todos. Tanto hombres como mujeres profetizarán en mi nombre. Los mayores recibirán sueños. Los más jóvenes tendrán visiones. Esto es un sueño. Un sueño ocurre cuando el individuo está dormido. Una visión ocurre cuando está despierto. En este momento yo no estoy caminando físicamente contigo. Estoy oficiando en el Lugar Santísimo por ti, como también por todos los demás. Cuando te mostré que estuve arrodillado junto a mi profetisa Elena de White, algunos malentendieron, pensando que en realidad yo estaba con ella. Pensaron lo mismo cuando instruí a Joe Crews a escribir el libro Creeping Compromise (Conseciones Sutlites). Yo estoy en el Lugar Santísimo, pero también estoy contigo en un sueño.” Me llama por mi nombre celestial y dice, “No estás solo. Nunca estás solo. Yo siempre camino contigo.”
“Recuerda el sueño personal que te di cuando pediste en oración silenciosa si yo era el Autor de los sueños? Satanás no pudo oír las palabras de tu oración silenciosa. Tú preguntaste si estabas solo en este ministerio. Yo te he llamado. Debes seguir compartiendo los mensajes que te he dado. En el sueño, te canté el canto, ‘A Solas al huerto yo voy.’ Yo ando contigo y converso contigo y te digo que me perteneces. No te sientas solo; no lo estás. Yo estoy contigo—no en carne, sino que mi Espíritu Santo camina contigo.”
“Yo he oído y contestado muchas de tus oraciones privadas que no se han pronunciado en voz alta. Satanás no podía saber cuáles eran tus preguntas, pero yo las he contestado. También he escuchado muchas oraciones privadas de otros que no fueron dichas en voz alta. También te has enterado acerca de ellas y cómo yo las he contestado. Satanás no puede escuchar tus pensamientos. Como una prueba, varios oraron oraciones privadas sobre el sueño, ‘Amor y reprensión.’ Yo contesté sus peticiones. Satanás no puede haber sabido acerca de esas peticiones privadas.”
“Has estado turbado por el sueño ‘Amor y reprensión.’ Estás turbado cómo es que el Heraldo podía estar parado allí ante mí y todos los que estaban reunidos allí, como también ante el universo entero, y declarar que yo vine como Adán después del pecado, cómo vine en carne, cómo fui colocado y nací como un niño. Estás perplejo porque aún después de todo lo que fue mostrado, hay luces brillantes que se creen más altas que el Autor y Creador de todo. También Lucifer se consideró a sí mismo en una posición exaltada para ser más alto que su Creador. Debes saber que aun las luces más brillantes van a parpadear, amortiguarse y apagarse. Es importante que mi pueblo no mire hacia estas luces brillantes en busca de dirección. Para alumbrar el camino, miren hacia el Sol. Yo soy el Sol, el Camino y la Luz.”
“Por favor, ven conmigo. Quiero llevarte a un lugar donde has estado antes.” Nuestros pies abandonan el suelo y vamos a un lugar donde veo una escuela. Me doy cuenta que ésta es una escuela a la cual asistí, pero no recuerdo dónde. Entramos por las puertas principales y nos dirigimos hacia un salón de clases. He estado en este salón también, pero no recuerdo dónde. Él me mira y dice, “Vamos a estudiar cómo mi pueblo debe probar los espíritus. Mi pueblo necesita comprender que cada uno debe estudiar y saber quién Yo soy y escuchar mi voz. Deben comprender que es importante probar los espíritus. Hay y habrá muchos que profetizarán en mi nombre. Pero los de mi pueblo que tienen mentes deficientes no saben cómo probar los espíritus. De inmediato van a pedir a esas luces brillantes que les digan qué o a quién deben creer. Esas luces brillantes creen que saben todo porque han sido colocadas en una posición elevada. Ellos están engañados en sus propios pensamientos. Cada uno debe estudiar para saber cómo probar los espíritus. Cada uno debe mirar por su propia cuenta a quién Yo he enviado. No confíen sus almas en las manos de ningún ser humano, porque ese individuo puede ser un agente de Lucifer. ¿Acaso no escribí que en los últimos días iba a derramar mi Espíritu sobre toda carne: Y tus hijos e hijas profetizarán, y tus jóvenes verán visiones, y tus ancianos soñarán sueños? A aquéllos que dicen profetizar se les deben probar los espíritus para saber si están conforme a la ley y al testimonio. Si tales prueban los espíritus y son mis palabras y admiten que son mis palabras, gracia sea con ellos. Pero aquéllos que menosprecian mis palabras y llaman al bien mal, maldita sea la tierra sobre la cual caminan.”
Entonces Jesús se dirige hacia mí y dice, “Escribe las cosas que te enseño. Debes saber que mientras Yo te enseño, mi Espíritu estará contigo. Yo soy el Autor y tú eres el mensajero. Tú debes entregar esto a mi pueblo.”
Miro hacia la derecha y veo que el Heraldo entra. Es como si él dijera, “Éste es mi Señor, mi Creador, mi Maestro. Yo lo sirvo a Él. Lo que Él muestra es mi vida, mi ser.”
Jesús se acerca al pizarrón blanco grande y comienza a escribir con su dedo. Arriba escribe:
Cómo probar los espíritus
Debajo escribe lo siguiente:
Cuando alguien está lleno del Espíritu Santo, mostrará las cualidades y atributos asociados con aquéllos que pertenecen a Cristo. Se pueden probar los espíritus al evaluarlos conforme a estos atributos:
Está de acuerdo con las Sagradas Escrituras
Isaías 8:20
“Yo les digo, ‘¡Aténganse a la ley y al testimonio!’ Si no hablan conforme a esto, es porque no hay luz en ellos.”
Produce buenos frutos
Mateo 7:17
“Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.”
Produce los frutos del Espíritu
Gálatas 5:22-24
“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.”
Conoce a Dios y escucha la verdad
1 Juan 4:6
“Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error.”
Ama a Jesús
Juan 8:42
“Jesús entonces les dijo: Si vuestro padre fuese Dios, ciertamente me amaríais; porque yo de Dios he salido, y he venido; pues no he venido de mí mismo, sino que él me envió.”
Ama a los demás
1 Juan 4:8
“El que no ama, no conoce a Dios, porque Dios es amor.”
Escucha las palabras de Dios (y las cumple)
Juan 8:47
“Jesús entonces les dijo: Si vuestro padre fuese Dios, ciertamente me amaríais; porque yo de Dios he salido, y he venido; pues no he venido de mí mismo, sino que él me envió.”
Abre la puerta e invita a Jesús a entrar (recibe a Cristo)
Apocalipsis 3:20
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.”
Hace la voluntad de Dios
Mateo 7:21
“No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.”
Mateo 12:50
“Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre.”
Enseña con claridad
1 Corintios 14:32-33
“Y los espíritus de los profetas están sujetos a los profetas; pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz, como en todas las iglesias de los santos.”
Recibe enseñanza del Espíritu Santo, recordando lo que ha sido enseñado
Juan 14:26
“Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.”
Tiene sabiduría, entendimiento, consejo, poder, conocimiento, temor de Dios. No juzga con los ojos ni reprende con el oído.
Isaías 11:2-3
“Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová. Y le hará entender diligente en el temor de Jehová. No juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan sus oídos.”
1 Samuel 16:7
“Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.”
Hace melodías al Señor en su corazón. Da gracias a Dios. Sirve a otros en el temor de Dios
Efesios 5:18-21
“No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu, hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Someteos unos a otros en el temor de Dios.”
Confirma que Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios viviente
Mateo 16:16-17
“Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.”
Vive sobria, justa y santamente. Se juzga a sí mismo por la Palabra de Dios y halla en ella una armonía perfecta.
El Conflicto de los siglos, p. 448
“El espíritu que no nos hace vivir sobria, justa y piadosamente en este mundo, no es de Cristo... El Espíritu y la Palabra están de acuerdo. Si alguien se juzga a sí mismo por la Palabra de Dios y encuentra armonía perfecta en toda la Palabra, entonces debe creer que posee la verdad; pero si encuentra que el espíritu que le guía no armoniza con todo el contenido de la ley de Dios o su Libro, ande entonces cuidadosamente para no ser apresado en la trampa del diablo.”
Guarda los mandamientos de Dios
Advent Review and Sabbath Herald, 31 enero 1888
“El Espíritu de Dios nos guiará en la senda de los mandamientos, pues la promesa es que ‘cuando venga el Espíritu de la verdad, Él los guiará a toda la verdad.’ Debemos probar los espíritus por la prueba de la palabra de Dios, porque hay muchos espíritus en el mundo. ‘¡Aténganse a la ley y al testimonio! Si no hablan conforme a esto, es porque no hay luz en ellos.’”
Escucha a los profetas de Dios. Confiesa que Jesucristo vino en carne humana.
The Signs of the Times, 3 septiembre 1894
“Pero Dios nos ha dado una regla por la cual probar qué es la verdad. El profeta dice, ‘¡Aténganse a la ley y al testimonio! Si no hablan conforme a esto, es porque no hay luz en ellos.’ ‘El que es de Dios oye la palabra de Dios.’ ‘Nosotros somos de Dios…, y todo el que conoce a Dios nos escucha; pero el que no es de Dios no nos escucha. Así distinguimos entre el Espíritu de la verdad y el espíritu del engaño.’ ‘Ustedes no creen porque no son de mi rebaño. Mis ovejas oyen mi voz; yo las conozco y ellas me siguen.’ ‘Si alguno se cree profeta o espiritual, reconozca que esto que esto que les escribo es mandato del Señor.’ ‘Queridos hermanos, no crean a cualquiera que pretenda estar inspirado por el Espíritu, sino sométanlo a prueba para ver si es de Dios, porque han salido por el mundo muchos falsos profetas. En esto pueden discernir quién tiene el Espíritu de Dios: todo espíritu que reconoce que Jesucristo ha venido en cuerpo humano, es de Dios; todo espíritu que no reconoce a Jesús, no es de Dios sino del anticristo. Ustedes han oído que éste viene; en efecto, ya está en el mundo.’”
Prueba toda enseñanza y experiencia con la Palabra de Dios
El Conflicto de los siglos, Prefacio, p. 9
“El Espíritu no fue dado—ni puede jamás ser otorgado—para invalidar la Biblia. Pues las Escrituras declaran explícitamente que la Palabra de Dios es la regla por la cual toda enseñanza y toda manifestación religiosa debe ser probada. El apóstol Juan dice: ‘No crean a cualquiera que pretenda estar inspirado por el Espíritu,, sino sométanlo a prueba para ver si es de Dios; porque han salido por el mundo muchos falsos profetas.’ (1 Juan 4:1) E Isaías declara: ‘¡Aténganse a la ley y al testimonio! Si no hablan conforme a esto, es porque no hay luz en ellos.’ (Isaías 8:20).
Special Testimonies, Series B, No. 17, pp. 25-29 [Trad.]
"Mis hermanos y hermanas, dejen a un lado todas las pruebas menores que puedan ser tentados a hacer, y prueben su propio espíritu con el testimonio de la Palabra de Dios. Estudien esa Palabra para conocer el carácter y voluntad de Dios. Es absolutamente esencial que cada creyente haga de las verdades de la Biblia su salvaguardia. A cada joven y señorita, y a los de edad avanzada, testifico que el estudio de la Palabra es la única salvaguardia para el alma que desea permanecer firme hasta el fin.”
Confiesa humildemente
Testimonies, vol. 3, p. 124 [Trad.]
“El Espíritu del Señor vino a las reuniones, y algunos hicieron confesiones humildes, acompañadas por lágrimas.”
Se esfuerza por obtener unidad en Cristo
Loma Linda Messages, p. 296 [Trad.]
“Debemos cultivar un espíritu de unidad. Debemos esforzarnos por obtener la unidad al seguir el modelo del evangelio—Cristo Jesús.”
Ya Jesús terminó de mostrarme los atributos y las pruebas de los espíritus de Dios. Entonces me dice, “Sigamos conversando. Ahora voy a contestar la siguiente pregunta que tenías. En privado y en oraciones en grupo, tanto tú como otros han estado orando, por qué será que Yo no te he enviado a fulano, cosa que en el sueño titulado, “Mucho por hacer” te dije que haría. Tú y yo sabemos que en confianza tú le diste a cierto individuo el nombre de fulano de tal. Por falta de fe, ese individuo reveló el nombre. Esa persona, que también tiene un problema con la memoria, ha olvidado que se le confío algo y que debía haber servido de testigo. Anhelo tanto que mi pueblo tenga fe. ¿Será que no hallaré fe sino en algunos pocos? Te voy a enviar a fulano de tal, pero no será hasta que llegue la hora por mi reloj. Ese individuo no está listo. Ten paciencia y espera mi voz para que yo pueda hablar a mi hora.”
Ahora se me lleva como observador y se me muestra sólo una parte del sueño, “La Sala de correo.” Veo a muchos sentados frente a mesas y llenando sobres. Miro más detenidamente y veo que colocan en un sobre una Biblia y un libro titulado, El Espíritu de profecía. (Me doy cuenta que eso representa todos los libros del Espíritu de Profecía de Elena G. de White.) También incluyen una hoja grande de papel azul que dice, ¿Estás listo? JESÚS VIENE.” Jesús camina hacia allá, toma una de las hojas de papel azul, y me muestra que dice, JESÚS VIENE. Le da vuelta y al dorso está escrito, “Probemos los espíritus.” Eso es lo que Él me enseñó en el salón de clases.
Ahora se me muestra parte del sueño, “¡Id adelante!” Me veo a mí mismo como un observador que vuelve a mirar el grupo grande de personas. Todos miramos al Gran Concilio de Ancianos. Jesús está de pie delante de ellos y frente a todos nosotros. Entonces veo individuos que conozco. Son personas que han declarado que los sueños vienen de Satanás. No sólo han dicho cosas que no son verdad, sino que al hallar errores en sus propias aseveraciones, no han querido admitir culpabilidad. Han hallado otros motivos para despreciar los sueños y llamar al Heraldo un ángel maligno. Esos individuos comparecen delante de los ancianos y se paran frente a nosotros. Están armados con espadas y flechas. En la mano, algunos tienen lo que parecen ser pequeños objetos redondos y negros. Cuando ellos comienzan a lanzar y disparar hacia nosotros, Jesús rápidamente se quita su manto blanco y lo coloca sobre todos nosotros. Mientras observo, veo que las espadas caen sobre Él. Observo las flechas que lo traspasan. Los veo tirar los objetos negros que le pegan a Él.
Entonces veo que muchos de los ángeles de Dios vestidos de blanco puro nos rodean a Becky y a mí mientras dormimos. Veo que otros ángeles de Dios, llevando escudos y espadas, rodean a los otros ángeles, pero mirando hacia afuera. Veo a muchos ángeles con mantos de un gris oscuro que tratan de penetrar a empujones, pero los ángeles con los escudos y espadas no los dejan pasar. Entonces me veo a mí mismo durmiendo mientras un ángel camina hacia donde estoy, se inclina y susurra en mi oído. Lo reconozco como el Heraldo. Él susurra lo que escuché anteriormente en el sueño “Prepárense…” “Tal como junio es un mes corto, así también es el tiempo. Prepárense para la ira de Dios.”
Entonces vuelvo a ver una parte del sueño, “Sé firme.” Veo que destrucción se desencadena encima y debajo de la faz de la tierra. Grandes objetos redondos, ardientes golpean ciertas ciudades, los cuales destruyen a todos los que viven allí. Esos objetos hacen estremecer la tierra. Otras ciudades, centenares y centenares de millas de distancia de donde las ciudades fueron destruidas, comienzan a temblar y sus edificios caen, desplomándose a la tierra. Observo terremotos, tornados, ciclones, huracanes, volcanes e incendios con grandes vientos. Veo explosiones con un calor tremendo y fuego que sale de la tierra. Veo fuego subir hacia el cielo como si fuera una fuente de agua. Veo ciertas ciudades a través del país destruidas de una manera inconcebible, ¡y tantos muertos! La gente hace fila para recibir alimento y agua, pero no hay nada.
Nuevamente se me lleva para ver el gran número de individuos en fila que cantan, “Salvador, a ti me rindo.” Nuevamente se me muestra dónde termina la fila y lo que acontece. Jesús dice, “Ésos son los que mueren por Mí. Han rendido todo a Mí. Yo les pondré una corona de vida y los vestiré con mi manto de justicia.”
Vuelvo a ver lo que se nos mostró de lo importante que es que el pueblo de Dios comprenda que debemos devolver el diezmo a su alfolí. Se me muestra otra vez que es importante que sepamos para qué se están usando los fondos. Si un individuo provee fondos y sabe que los fondos no se están usando conforme a la voluntad de Dios, a ese individuo se le pedirá cuenta si no hace nada para llamar la atención de quien los recibe, el que tiene las llaves. El Gran Creador ha dicho que se debe pagar tributo a los que hacen su voluntad. El Heraldo explica que muchos tributos se usan para promover la obra de Lucifer de utilizar el espiritismo y otras prácticas de culto que no son santas desde dentro de la iglesia de Dios. Esto es hecho por los que recogen y colocan los fondos en un alfolí. Dice el Heraldo, “Ése no es el alfolí de Dios. Los que dan, podrán ver la bendición que viene como un fruto bueno. Ellos verán los frutos del Espíritu al dar con fe cuando se coloca en el alfolí de Dios.”
Ahora se me muestra que muchos ministros y maestros son despedidos de sus empleos. Eso no ocurre porque ellos estén trabajando incorrectamente, sino porque se malgastó el dinero que fue colocado en el platillo de la ofrenda. No fue invertido en almas ni en la proclamación del mensaje, sino en los salones de juego de Satanás. Se me dijo que el dinero no fue invertido en seres humanos, sino que fue echado al viento. Cosechamos lo que sembramos. Veo que muchas de las iglesias de Dios se vacían por falta de ministros fieles. Otras iglesias crecen debido a la influencia profana de otro espíritu. Muestran la gran cantidad de bautismos que celebran. Recuerdo cuán rápidamente bautizan para aumentar el número de miembros. Jesús me dice que mire hacia la derecha. Están bautizando a muchos mientras comen alimentos inmundos. Su régimen alimenticio no ha sido perfeccionado para el bautismo. Bautizan a muchos que no están preparados. Muchos usan joyas. Dice Jesús, “Yo nunca di permiso para adornar el cuerpo. El cuerpo que les he confiado es mi templo. ¿Por qué ensucian mi templo santo? Yo no los creé con ellas, sin embargo, las llevan como si fueran parte de un símbolo externo necesario.” Observo que muchos pasan por el bautisterio con la mano derecha extendida en alto para que su cigarrillo no se moje durante el bautismo. Jesús dice, “Éstos no fueron bautizados en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.”
Se me mostró que se celebran grandes números de cultos irreverentes. Jesús dice, “Ésos no son mis cultos de adoración. Yo tengo una iglesia que soportará la prueba. Parecerá que se va a desplomar y caer, pero se mantendrá firme no importa cuán fuertemente sea sacudida. Ésa es mi iglesia.
Jesús se dirige a mí y dice que ha oído las acusaciones que se han hecho contra mí y de que el Heraldo es un ángel maligno. “He escuchado los rumores y comentarios que se han hecho.” Nuevamente Él pregunta si hallará alguien con fe. Entonces me dice que mire mis zapatos. Me doy cuenta que tengo puestos mis zapatos de vestir que uso los sábados. Están muy sucios y cubiertos de lodo. Él me dice que me los quite. Me dice, “Usa este paño para limpiar tus zapatos.” Me entrega un paño. Es el mismo paño que en otro sueño el Heraldo me había dado para limpiar mis zapatos. El paño es de la misma substancia que Él lleva puesta. Yo comienzo a limpiar la tierra y lodo de la parte superior y de la suela de mis zapatos. Me doy cuenta que cuánto más los pulo, más brillan. Cuando termino, me vuelvo a poner los zapatos. Cuando le devuelvo el paño a Jesús, veo que está tan limpio y blanco como cuando Él me lo entregó. Él dice, “Has limpiado tus zapatos. Camina adelante y no mires hacia atrás. Deja que aquél que llama malo a lo que es bueno permanezca en sus comentarios. Eso no tiene que ver contigo. Yo he mostrado la verdad, el camino y la luz.” Jesús me recuerda de uno de los atributos de cómo probar los espíritus. “Un buen árbol produce buen fruto, pero un árbol malo produce fruto malo.” Se me mostró que muchos individuos que confiaron en ciertos dirigentes, se perdieron. No pusieron su fe en el Hijo del hombre. Jesús me muestra cuántos vendrán a Él diciendo, “Señor, he hablado en tu nombre. He sanado en tu nombre. He bautizado en tu nombre. He echado espíritus en tu nombre. He profetizado en tu nombre. Jesús, en tu nombre he hecho muchas cosas maravillosas.” Él los mirará y les dirá, “No los conozco. Por favor, váyanse, porque obran en el nombre de Satanás.”
Jesús dice, “Debes compartir esto con todos. Yo envié mensajes a mi Heraldo, a quien todos debían haber escuchado. Como no le hicieron caso a él, ahora Yo mismo los doy. El que está montado debe bajar y postrarse delante Mí. Yo soy el Creador del universo. Yo soy el que vino para ser una criatura. Inclínense ante su Mí y confiesen sus pecados para que todos oigan de su rebelión. Se envió un mensaje a mi mensajero escogido, y ustedes negaron mi oído y convencieron a otros a rechazarlo. Ahora, arrepiéntanse y pidan perdón para que el Padre los escuche y torne su rostro hacia ustedes. Pidan esto por medio y en el nombre de su Hijo. Arrodíllense, confiesen sus pecados para que no se sequen los ríos y las corrientes y no muera el caballo que bebe, para que no caminen por la faz de la tierra y cada oído se aparte de ustedes, y las palabras que hablan caigan como piedras de sus bocas. Arrepiéntanse para que el Señor Jehová no los vomite de su boca, cual agua de mar ardiente.”
“El que tiene las llaves de la caja fuerte debe arrepentirse del mal que ha hecho y hablado contra Mí y mi siervo. Debe postrarse ante Mí, el Maestro Fabricante de Llaves, y pedirme perdón y no andar más en el camino de sus errores. Debe confesar ante todos por haber tergiversar lo que él sabe es cierto, tal como se le ha mostrado. Debe confesar ante todos para que las llaves no le sean quitadas de la mano de un golpe y colocadas en las manos de otro.”
“Ese individuo, por haber hablado errores, debe humillarse ante Mí, el Señor de la verdad. Debe reconocer que ha andado orgulloso y jactancioso, y debe pedir humildad. Ese individuo debe reconocer sus faltas de usar una lengua que habla en contra de la verdad, para que esa lengua no sea cortada y ande mudo por la tierra.”
“Todos los que han hablado mal contra el mensaje y el mensajero que he enviado deben postrarse ante el trono de Dios. Pidan perdón en el nombre de su Hijo. Admitan su culpa, tomen su cruz y sigan el sendero que Yo les he mostrado. Deben hacer esto antes que se cierre el libro y sus nombres no queden escritos en el libro.”
“Si los que escuchan estas palabras de reprensión y un llamado al arrepentimiento aún rehúsan, todos deberán ver que estos individuos no son guiados por Mí, sino por Satanás. Si Yo estoy ante ustedes y digo que soy Jesús, el Creador y la Estrella Matutina, ¿por qué no quieren arrodillarse, arrepentirse de sus pecados y pedir ser perdonados?”
Entonces se me lleva como un observador al sueño, “Prepárate.” Veo que estoy en un jardín hermosísimo, cuya belleza no se puede expresar con palabras. Al caminar por un sendero, llego a un área abierta. Veo a muchos ángeles haciendo fila a cada lado del sendero. Todos forman un punto de enfoque, y es Jesús, quien está sentado en un trono bellísimo. El Heraldo me lleva a Jesús. Caigo de rodillas a sus pies. Me llama por mi nombre celestial y coloca una mano sobre cada uno de mis hombros. Me dice, “Tengo un mensaje que debes compartir, además de lo que se te ha mostrado.” Entonces, con su mano izquierda me abraza y siento su mano grande, abierta contra mi espalda al acercarme hacia sí mismo. Su gran mano derecha toma mi mejilla izquierda al acercarme hacia su pecho. Siento su fuerza, la cual me acerca hacia Él. Entonces me dice, “Diles a mis hermanos, nuestro Padre les ama mucho, mucho. Diles que está esperando con paciencia, pero que quiere que ya lleguen al hogar. Diles que estén alertas y escuchen. Diles que no se den por vencidos. Diles que fijen sus ojos y oídos en el horizonte. Diles que no se distraigan con las cosas de este mundo. Diles que se aferren a lo que está arriba y justamente adelante.” Entonces me abraza aún más fuertemente. Siento el calor de sus manos en mi cara mientras me dice, “Diles que ya voy para traerlos al hogar. Diles, ‘¡Prepárense!’”
Nuevamente se me muestra el sueño, “Ángel sobre un caballo blanco.” Recuerdo haber pensado que no estaba seguro si Becky y yo estábamos compartiendo los sueños debidamente y si estábamos haciendo algo mal en la manera cómo estábamos compartiendo lo que se me había mostrado. Recuerdo haber estado orando silenciosamente que Dios me mostrara si lo que estaba haciendo era lo correcto. Miro como un observador mientras pregunto si Jesús está molesto con la manera cómo estamos compartiendo los sueños. El ángel se desmonta del caballo por el lado izquierdo y da la vuelta hacia el lado derecho del caballo donde yo estoy parado. Él toca mi hombro izquierdo y pronuncia mi nombre celestial. Dice que Jesús y el Padre están muy complacidos con la manera cómo compartimos los sueños. Si hubiese algo mal, Él me lo dirá. Debo recordar que no debo enredarme en cosas triviales ni preocuparme por aquéllos que tengan dudas o causen desagrados cuando relatamos estas cosas. Dios se va a encargar de ellos a su propia manera.
Entonces Jesús se dirige a mí y dice, “Aquellos que dudan y causan descontento aun después de haber estudiado lo que tú debes mostrarles y después que a cada cual se le haya mostrado que debe probar los espíritus, si ellos persisten en su camino de dudar y causar descontento, tú no debes preocuparte. Con quien tienen problemas es conmigo. Tú eres mi mensajero. Sigue tu rumbo y sé fiel en tu deber. Nuevamente debes quitarte los zapatos y limpiarlos, tanto las partes superiores como las inferiores. Vuelve a ponerte los zapatos y sigue adelante. No mires hacia atrás.” Jesús se dirige a mí y dice, “No temas, porque siempre estoy contigo. No te sientas solo. No lo estás. Te he llamado para que seas un faro en la oscuridad. Te he llamado para que compartas el mensaje que te he dado. Sé valiente y sigue adelante, sabiendo que Yo estoy contigo en todo lo que hagas, ¡siempre!”