En mi sueño, me encuentro delante de un portón viejo de madera con alambre de púas a la derecha y a la izquierda. Estoy delante del portón sin poder pasar al otro lado. Detrás de mí hay mucha gente esperando pasar, pero el portón no lo permite. (Me doy cuenta que el portón no es un objeto inanimado.) El aire de este lado de la cerca es caliente y seco de olor rancio. De repente, la cerca, (no el suelo) comienza a temblar. Tiembla tan fuerte que el portón se desprende de sus bisagras del lado izquierdo de la cerca y cae al suelo destrozado. Entonces podemos avanzar y atravesar la apertura en la cerca y hacia la hierba fresca y verde que crece al otro lado. Ahora el aire se siente fresco y puro, y huele a hierba tierna.