Éste no es el momento de atenuar nuestros mensajes. Éste no es el momento de estar celebrando. Éste no es el tiempo de avergonzarse de nuestras creencias adventistas históricas. Éste no es el momento de temer que se nos llame una secta ni el sector más fanático. Hay un movimiento fuerte hoy, aun en la Iglesia ASD, de minimizar el protestantismo. Es hora de protestar, de reincorporar la reforma protestante. Es hora de tener valor, cuando la mayoría son cobardes. Es hora de arrepentirnos de nuestros pecados, de reformar nuestros caminos y alcanzar al mundo con la verdad presente para hoy. Es hora de llevar la cruz de Cristo, antes de recibir la corona de la vida.
El Conflicto de los Siglos, p. 185
Los papistas resolvieron concluir con lo que llamaban una “atrevida obstinación”. Para principiar, procuraron sembrar disensiones entre los que sostenían la causa de la Reforma e intimidar a quienes todavía no se habían declarado abiertamente por ella.
Mensajes Selectos, tomo 2, p. 443
Se me dijo que los hombres utilizarán toda clase de subterfugios para tornar menos prominente la diferencia que existe entre la fe de los adventistas del séptimo día y la de quienes observan el primer día de la semana. Todo el mundo participará en esta controversia; y hay que tener en cuenta que el tiempo es corto. No es éste el momento de arriar nuestros colores.
Me fue presentado un grupo de personas bajo el nombre de adventistas del séptimo día, que aconsejaban que el estandarte o la señal que nos hace un pueblo singular no se hiciera ondear en forma tan destacada; como razón de esto sostenían que no era la mejor política para asegurar el éxito de nuestras instituciones. Pero este estandarte distintivo ha de llevarse por todo el mundo hasta el fin del tiempo de gracia. Juan dice, al describir el pueblo remanente de Dios: “Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús” Apocalipsis 14:12. Esto comprende la ley y el Evangelio.
Fundamentals of Christian Education (Los Fundamentos de la Educación Cristiana), p. 289
Cuando alcancemos la norma que el Señor desea que alcancemos, los mundanos considerarán a los Adventistas del Séptimo Día como extremistas raros, extraños y extremadamente estrictos. “Hemos llegado a ser espectáculo al mundo, a los ángeles y a los hombres”. [Trad.]
No estamos aquí para un concurso de popularidad; no estamos aquí para ser políticamente correctos. Estamos aquí para vindicar la verdad de la Palabra de Dios en nuestras vidas y para advertir a otros de las tácticas de Satanás. En este planeta, las verdades bíblicas no son populares, pero lo son en el resto del universo. De manera que, cuando seguimos al Señor, tenemos a muchos más a favor nuestro que en contra de nosotros.
Romanos 8:31
¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?
Dios está esperando por un pueblo que le adore debidamente, que toque y cante su clase de música, que lea sus libros, que mire su tipo de videos, que haga su clase de recreación, que se atenga a su mensaje pro salud, que sea su tipo de maestro, pastor y dirigente, y que guarde sus doctrinas. Dios está esperando que seamos como Jesús—que hablemos sus palabras, pensemos sus pensamientos y dupliquemos sus acciones. Sí, podemos ser semejantes a Él por medio del poder de Dios cuando le entreguemos el yo cada momento, cuando estudiemos su Palabra, cuando guardemos todos sus mandamientos y cuando oremos sus oraciones. Todo se trata de Él. Cuando reemplacemos el yo con Jesús, Él lo transformará en vida eterna. ¿Qué es lo que esperamos? Hagámoslo y vayamos al hogar.
Quiera Dios ayudarnos como pueblo a alcanzar una norma más alta. Oremos por eso, para que Dios pueda ser glorificado y Cristo pueda regresar. No debemos orar sólo por nosotros mismos, por nuestros familiares y amigos, sino por los dirigentes de nuestra iglesia, por los que han abandonado la verdad, para que regresen, y por nuestros enemigos. Debemos orar pidiendo arrepentimiento, reavivamiento y reforma, y que seamos purificados espiritualmente, preparados para la lluvia tardía y el gran clamor.
2 Crónicas 7:14
Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.
Servicio Cristiano, p. 53
El reavivamiento significa una renovación de la vida espiritual, una vivificación de los poderes de la mente y del corazón, una resurrección de la muerte espiritual. La reforma significa una reorganización, un cambio en las ideas y las teorías, en los hábitos y las prácticas. La reforma no traerá los buenos frutos de la justicia a menos que esté vinculada con el reavivamiento del espíritu. El reavivamiento y la reforma han de realizar la obra señalada, y al hacer esta obra ambas deben combinarse.
Hay divisiones en la Iglesia ASD, porque el trigo y la cizaña están juntos. No pueden unirse la verdad y el error. Por este motivo, se desarrollan dos grupos, tal como se le mostró a Ernie en el sueño, “Dos Autos”. Cada uno de nosotros debe decidir en cuál auto deseamos estar—en el que va hacia la izquierda con la mayoría, cuyo líder es Satanás, o en el auto que lleva la minoría—un remanente pequeño—que va hacia la derecha con Jesús al timón. La decisión es nuestra, y es una decisión eterna.
Patriarcas y Profetas, p. 102
Si los que profesan ser discípulos de Cristo aceptaran las normas de Dios, se unirían entre sí; pero mientras se exalte la sabiduría humana sobre la santa Palabra, habrá divisiones y disensiones.