Sólo podemos servir a Dios o a Satanás, el uno o el otro. Debemos escoger a quién serviremos. No podemos tener más de un señor. La mezcla de la verdad con el error resulta en error. Debemos servir a Dios 100 por ciento, o estamos sirviendo a Satanás y al yo. Si Satanás es nuestro maestro, él sólo se sirve a sí mismo. Él no nos sirve para nada.
Mateo 6:24
Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas [Satanás].
Testimonios para la iglesia, tomo 5, p. 72
Muchos de aquéllos que han tenido gran luz, grandes oportunidades y toda clase de ventajas espirituales, rinden homenaje a Cristo y al mundo a la misma vez. Se inclinan ante Dios y Mamón. Hacen fiesta con los hijos del mundo, y a la vez dicen que son bendecidos juntamente con los hijos de Dios. Desean tener a Cristo como Salvador, pero rehúsan llevar su cruz y su yugo.
Cristo debe ser el Señor de la Iglesia, tal como el esposo debe ser el señor de su hogar. De la misma manera como la esposa se somete a su esposo y el esposo sirve a su esposa, de esa manera nos sometemos a Cristo y Él nos sirve. Ésa es la relación perfecta. Sin embargo, tal como una esposa que no se somete a su esposo y él no la sirve, cuando nosotros no nos sometemos a Cristo, Él no puede servirnos.
Efesios 5:22-32
Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia, porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia.
Cristo no puede servir en una iglesia donde hay apostasía y espiritismo.
Josué 7:11-13
Israel ha pecado, y aun han quebrantado mi pacto que yo les mandé; y también han tomado del anatema, y hasta han hurtado, han mentido [actuado como hipócrita], y aun lo han guardado entre sus enseres. Por esto los hijos de Israel no podrán hacer frente a sus enemigos, sino que delante de sus enemigos volverán la espalda, por cuanto han venido a ser anatema; ni estaré más con vosotros, si no destruyereis el anatema de en medio de vosotros. Levántate, santifica al pueblo, y di: Santificaos para mañana; porque Jehová el Dios de Israel dice así: Anatema hay en medio de ti, Israel; no podrás hacer frente a tus enemigos, hasta que hayáis quitado el anatema de en medio de vosotros.
Cuando cada miembro de la iglesia sólo sirva a Cristo, Él podrá servir a cada miembro, y ésa será la relación perfecta y la iglesia perfecta. La organización ASD se ha enfocado en las relaciones, pero no puede hacer una relación verdadera hasta que Cristo sea su Maestro. La iglesia se ha enfocado en sí misma y en Satanás. Ha servido a muchos dioses. Cuando la iglesia acepte a Cristo como su Señor verdadero, la iglesia crecerá con cristianos verdaderos.
¿Harás de Cristo tu enfoque? ¿Le permitirás ser tu Maestro y Señor?
Ezequiel 33:11
Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel?
Recibiréis Poder, p. 192
Oh Señor, pon tu iglesia en orden para que se ponga a trabajar en favor de los perdidos. Mi Salvador, manifiéstate a tu pueblo. ¡Exprésales tu amor para que lo sientan! Sostén a tu iglesia a fin de que Satanás no gane terreno. Ayúdalos a luchar contra toda oposición y, al final, en la ciudad de Dios, puedan poner sus coronas a los pies de Jesús y así tu nombre reciba toda la gloria. Amén
Mensajes Selectos, tomo 2, p. 124
No ha habido ni una sola nube que ha caído sobre la iglesia para la cual Dios no haya hecho provisión; no se ha levantado ni una sola fuerza opositora para contrarrestar la obra de Dios que él no haya previsto. Todo ha ocurrido como lo predijo por medio de sus profetas. No ha dejado a su iglesia en tinieblas y olvidada, sino que ha mostrado mediante declaraciones proféticas lo que ocurriría, y obrando por medio de su providencia en el lugar designado de la historia del mundo, ha dado lugar a aquello que el Espíritu Santo reveló a sus profetas para que lo predijeran. Todos sus propósitos se cumplirán y se establecerán. Su ley está unida con su trono, y los instrumentos satánicos combinados con los instrumentos humanos no pueden destruirla. La verdad es inspirada y está protegida por Dios; perdurará y tendrá buen éxito, aunque algunas veces aparezca oscurecida. El Evangelio de Cristo es la ley ejemplificada en el carácter. Los engaños practicados contra ella, toda invención destinada a vindicar la falsedad, y todo error forjado por los instrumentos satánicos, llegarán a ser desbaratados para siempre, y el triunfo de la verdad será como la apariencia del sol en el mediodía. El Sol de Justicia brillará con poder sanador en sus rayos, y toda la tierra estará llena con su gloria.
Josué 24:15
Escogeos hoy a quién sirváis.